Tips para cuidar tus cactus y suculentas

2022-07-16 02:22:02 By : Mr. Damon Liang

Interés General - Tomá nota

Viernes 15 de Julio de 2022 - 16:57 hs

Te dejamos los consejos necesarios para cuidar estas plantas.

Las suculentas y los cactus son una opción para decorar el patio o el interior de la casa sin demasiado esfuerzo. A continuación, todo lo que debés saber sobre estas plantas.

Las suculentas almacenan agua en sus hojas, tallos o raíces en cantidades mucho mayores que el resto de las plantas, lo cual significa que pueden sobrevivir a climas áridos y con temperaturas elevadas. Esto las posiciona en un lugar de privilegio, ya que su mantenimiento es más fácil. No obstante, aunque son muy resistentes, es necesario tener ciertos cuidados y conocimientos para que crezcan sanas y fuertes.

1. Regá la suculenta, con cierta frecuencia, en función de la estación

Se debe regar en profundidad – es decir, que el agua llegue hasta la raíz. Es aconsejable dejar secar bien la tierra entre riego y riego. También, tomá en consideración si está en interior o exterior, ya que habrá que protegerla durante los días más fríos o lluviosos. Además, debés tener en cuenta las estaciones:

– Primavera: en este momento comienza a dar sus brotes, entonces es aconsejable regarla una vez cada 10 o 12 días.

– Verano: en los meses más cálidos, si bien estas plantas soportan más tiempo sin ser regadas, en estos meses la frecuencia debe aumentar – de cada 4 a 8 días.

– Otoño: a principios del otoño se debe comenzar a reducir la intensidad del riego, realizándose cada 8 o 10 días.

– Invierno: en esta época hay que discontinuar el riego, realizándose cada 20 días. Si las temperaturas son inferiores a los 10 grados, no es recomendable regarla ya que podría pudrirse.

2. Colocá tu cactus o suculenta en un lugar con luz indirecta.

Todos los cactus y suculentas necesitan mucha iluminación: podés colocarlos cerca de una ventana, en una galería o en una habitación con mucha luz natural. Es importante saber que no todas las suculentas soportan los rayos directos del sol. Por ejemplo:

Las especies de cactus con pocas espinas o suculentas, requieren de sombra y sol suave.

Los cactus provistos de pelos, con muchas espinas o espinas grandes, requieren de sol directo.

3. Tené en cuenta las temperaturas, ya que las suculentas no son fans de los extremos

Durante los meses de otoño e invierno, es mejor que se mantengan frescas por la noche, con temperaturas alrededor de 8 a 10 grados. O sea que es mejor evitar interiores muy calurosos, ya que las temperaturas por encima de los 20 grados pueden evitar que realicen su reposo invernal. Así mismo, la mayoría no soportan temperaturas por debajo de los 7ºC. En primavera y verano necesitan una buena ventilación, pero sobrevivirán a altas temperaturas.

4. Usá sustrato y arena de río en la tierra de tus suculentas

A pesar de que soportan suelos áridos, crecen más sanas y fuertes en suelos nutridos. Por eso, se recomienda usar tierra enriquecida y preparada para este tipo de plantas. Los expertos recomiendan dos mezclas para la tierra de tu cactus o suculenta:

– Mezclá 1 parte de sustrato universal (o musgo), 1 parte de tierra del jardín y 1 parte de arena.

– Otra receta es mezclar partes iguales de sustrato universal y arena.

Usá arena de río o de jardinería en la preparación de tierra (esto es válido para todas las plantas, no sólo las suculentas). Evitá la de construcción, que proviene del mar y contiene sal, la cual tiende a secar las plantas.

5. Trasplantá tu cactus o suculenta, de cada 2 a 4 años

Esta etapa es importante. La mejor época para hacer este proceso es en primavera. Si la planta deja de crecer, cambia de color o le salen raíces por los agujeros del drenaje, significa que es necesario trasplantarla.

Las suculentas necesitan ser trasplantadas cada dos años, mientras que el cactus, considerado como “resistente a todo” y de bajo mantenimiento, igual necesita cuidados y atención. De hecho, necesitan trasplante cada tres o cuatro años. Si las raíces llegan al borde de la maceta, es hora de trasplantar.

– Empezá por regar la planta con agua. Dejá que se drene bien, antes de sacarla con cuidado de la maceta, usando papel periódico o guantes de jardinero para protegerte las manos de las espinas.

– Quitá la tierra vieja de las raíces, usando un palillo o tenedor para jardín, para que no se dañen las raíces. En caso de que las raíces estén muy juntas, separalas con cuidado. Si ves alguna podrida, podés cortarla.

– Colocá una capa de tierra enriquecida en el fondo de la nueva maceta (debe ser un poco más grande de diámetro que la planta). Colocá la planta sobre esa capa.

– Llená el resto de la maceta con tu mezcla de sustrato, arena y tierra de jardín. Compactá la mezcla alrededor de la planta, con las manos.

– No riegues durante unos días para evitar que las raíces dañadas se pudran.

6. Escogé una maceta proporcional al tamaño de la planta

Asegurate de que tenga buen drenaje y que no sea muy profunda. Podés optar por diferentes materiales, como:

Cerámica o arcilla (terracotta): son de un material poroso, por lo que mantiene las raíces frescas.

Plástico: son menos ventiladas y conservan la humedad por más tiempo, algo que es contraproducente en estas plantas. En este caso, hacele más agujeros al fondo de la maceta.

¿Qué tipo de agua conviene a las suculentas y cactus? El agua de la canilla puede ser alcalina y/o dura (dependiendo de la zona donde vivas), lo que significa que contiene altas concentraciones de minerales. Estos pueden acumularse en la tierra de la planta y afectarla.

Esta es una de las razones por la que deben ser trasplantadas periódicamente. La acumulación de estos minerales también puede causar la formación de depósitos en las macetas – sobre todo, aquellas en arcilla sin esmalte.

Nunca uses agua que haya pasado por un sistema de filtro que use sal como agente de recarga, ya que estos sistemas reemplazan la “dureza” del agua con iones de sodio. Podés recolectar y almacenar el agua de lluvia, que es preferible a la de la canilla.

El enemigo más común de los cactus y las suculentas es el riego excesivo. Un medidor de humedad es la única forma segura de medir qué tan seco o húmedo está la tierra. En caso de duda, no riegues.

Tu planta necesita menos agua, si:

– Tiene una apariencia blanda.

– Las hojas se han puesto translúcidas.

– Las hojas, usualmente verdes, se han puesto amarillas.

– Las hojas se caen fácilmente.

Tu planta está sedienta de agua, si:

– La tierra de la maceta está muy seca.

– Las hojas no están firmes, cuelgan hacia abajo.

– La planta tiene un color menos vivo, más apagado de lo usual.

– El cactus está más delgado de lo normal.