«A mí me mueve la experimentación, si ya controlo algo, voy hacia otro lado» | El Diario Vasco

2022-09-24 11:55:56 By : Luo Jack

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En su taller de Hendaia, Pedro da vida a piezas arquitectónicas de gres influenciadas por el arte vasco. / DE LA HERA

La mayoría de las piezas de cerámica presentan formas sinuosas y redondeadas: jarrones, cilindros, vasos... En cambio, las formas ortogonales hechas sin molde son difíciles de encontrar, excepto si uno se adentra en el taller que tiene en Hendaia el irundarra Pedro Galdon. Este artista encuentra la inspiración en la experimentación y en los últimos tiempos ha creado piezas arquitectónicas influenciadas por el arte vasco.

–¿Cómo comenzó tu relación con el arte?

–Estudié Artes Plásticas y Diseño en la Escuela de Diseño de Donostia, en la última promoción. También hice delineación en la Sindical. Después estuve trabajando en la empresa Orsa. Pero tuve un accidente y cambié el chip. Empecé a pensar que tenía que hacer algo con las manos.

–¿Habías trabajado con la cerámica previamente?

–Había hecho algún curso en el taller municipal de Irun, como primera toma de contacto. Ahí le cogí el gustillo. Además, anteriormente ya había diseñado vajillas en el Basque Culinary Center y había creado la primera galería virtual de arte cerámico de Europa, que se llamaba Biarritzkitsch. Ese proyecto estuvo muy guay, porque contacté con todos los ceramistas, sobre todo del Estado y de Portugal.

–Así que al principio tú diseñabas y otros ejecutaban tus ideas.

–Eso es, trabajaba con alfareros de La Rioja, Andalucía, etc. Pero llegó un momento, hace diez años, en el que necesitaba traducir mis ideas mucho más rápido, así que decidí ponerme las pilas.

–Empecé haciendo vajillas para restaurantes. Pero luego me llamaba mucho más la atención la experimentación de la cerámica. Porque esta funciona muy bien con el torno y con las formas sinuosas y curvas, ya que las moléculas de la arcilla aguantan muy bien su propio peso. Sin embargo, la plancha o la placa ortogonal no funcionan bien en el horno, porque se caen. Por eso no se ve mucha cerámica ortogonal, plana, y la poca que se ve está creada con moldes. Yo lo hago artesanalmente.

–En las primeras piezas empecé a experimentar con tubos cuadrados que iban siempre en voladizo, que quizá recuerdan un poco a Chillida, e incluso a Oteiza y a otros anteriores. Quería investigar cómo estos tubos podían mantenerse en el horno sin desvanecerse, porque esto se cuece a 1.200 grados y la arcilla a esa temperatura se cae. Lo conseguí haciendo puntales de la misma arcilla. Este material en el horno pierde mucho volumen, así que hacía pilares para que se redujera a la misma velocidad que el resto. Después, para mantener las placas en vertical, fui añadiendo contrafuertes y arbotantes, para conseguir que esta no se desvaneciera. También he elaborado piezas en el torno, como jarrones y vasijas, a las que he añadido elementos un poco oteizianos y de Chillida, pero no con la idea de hacer algo de estos artistas, sino de investigar cómo este tipo de elemento se podía sustentar él mismo,

–Trabajas con series de unas cinco esculturas, háblame de alguna de ellas, por ejemplo, de 'Zesta Punta'.

–Es un proyecto que he realizado junto con la diseñadora donostiarra Silvia Ceñal, a quien conocía de hacia tiempo. Un día hablando, como los dos estamos muy cercanos a la artesanía, se nos ocurrió mezclar la fibra natural con la cerámica. Surgió así Zesta Punta, que consta de ocho lámparas de edición limitada. La idea es sacar una pequeña colección todos los años, mezclando el gres con cuero, con textil, etc., siempre buscando la artesanía como núcleo.

–También colaboraste con Gorka Txapartegi, del restaurante Alameda, y con Javier García, de café Sakona.

–Trabajo con Gorka desde hace años y un día se nos ocurrió desarrollar algo para darle fuerza al tema del diseño y la gastronomía en la comarca del Bidasoa. Luego se sumó Javier y diseñamos una taza, con su plato y su cucharilla, que tiene una forma determinada para que cuando el café se echa no tenga mucho grumo. Es la que utilizan en el Alameda.

–El pasado junio ganaste el primer premio del certamen 'HAU: Concurso de diseño de objetos tradicionales vascos', organizado por Bitamine Faktoria y en el que colabora el museo San Telmo. ¿Qué pieza presentaste?

–Era la quinta edición del concurso, que consiste en la reinterpretación de elementos o mobiliario vasco que hay en el museo. Este año eran unos saleros de madera. Yo diseñé un salero de gres

–¿Sigues diseñando y elaborando vajilla?

–Por encargo. Es algo más mecánico, no hay experimentación.

–Y ati lo que te mueve es la experimentación, ¿verdad?

–Eso es. Si veo que ya controlo algo voy hacia otro tipo de experimentación con la arcilla.

-Tus obra ha llegado hasta Dubai...

–Sí, hubo una pieza en la exposición '1.000 vases' que se hace cada año en Dubai, París o Milán. Y hay otras piezas que han salido bastante. Acabo de enviar una a Amberes y otra ha estado en la semana del diseño de París.

–Además de en tu web, www.pedrogaldon.eu y a través de redes sociales, ¿donde se pueden adquirir tus piezas?

–En una galería de Biarritz que se llama Éditions du Coté, que fueron los que me dieron la primera oportunidad para desarrollar el proyecto. Son piezas bastante demandadas en el mercado francés.